Si no lo ha escuchado... preocupese! Probablemente usted es un mono titi

6 dias para completar 2 meses viviendo en Estados Unidos. Puedo recordar claramente el primer pensamiento que tuve la primera manana que desperte en este pais. Podria comparar esa primera impresion como lo que un nino siente cuando brota de las entranas de su madre... Imagine que se encuentra en el lugar mas placido que puede existir en todo el mundo, es calido, suave y confortable, en ese lugar no existen responsabilidades, frio, hambre o miedo, solo comida y casa gratis. De pronto fuerzas desconocidas lo arrastran hacia un precipicio que parece inevitable, una lucha inicia pero todo parece indicar que es inutil e irreversible. De repente una luz fuerte y enceguecedora lo va succionando hacia un lugar que es frio y que ya no es tan esponjoso como un estomago bien acolchonado. Cuando entra a esa "dimension desconocida" una palmada apabullante estremece su cuerpo dandole la "bienvenida" al mundo real. Eso fue lo que senti, fue temor, angustia a enfrentar lo desconocido, ansiedad frente a la idea de modificar mis antiguos patrones de comportamiento, fue miedo a dar el primer paso y caer en el intento. En ese instante crei que estaba en el lugar y tiempo equivocados y efimeramente la idea de volver atras paso por mi mente. Subitamente escuche una voz casi que silenciosa retumbando en mi cabeza, era mi conciencia tratando de hacerme entrar en razon, al principio no podia o mejor no queria comprender el consejo que intentaba darme... Quise escapar, quise evadir la realidad pero sabia que eso era imposible. La voz en mi cabeza cada vez se hizo mas fuerte y el mensaje cada vez era mas claro asi que decidi hacerle caso. Repentinamente comprendi que estaba lista para hacerle frente a lo que fuera y rete mi fuerza interior para doblegar los miedos y los obstaculos que yo misma estaba poniendo. Lo anterior transcurrio durante 5 minutos de mi vida... Imagino la otra cara de la historia si hubiese decidido no escuchar. Esa experiencia es una prueba que demuestra contundentemente que un minuto e incluso un segundo puede cambiar para siempre el rumbo de la gente. La moraleja de esta historia se puede resumir de la siguiente manera: ..."Esa voz que timidamente susurrra en la mente es como un semaforo; da las senales para avanzar, disminuir la velocidad o parar... si existen dudas es mejor parar en vez de retroceder o chocar"...